Fartlek

Hablaba el otro día con el padre de Juan sobre el fartlek y me resultaba curioso que no hubiésemos escrito nada al respecto en el blog. A mí es un tipo de trabajo interválico que me encanta, me resulta tremendamente divertido y siempre me deja irme a casa con una sensación de haber realizado un buen entrenamiento. Además es muy, muy eficaz para el entrenamiento tanto de la resistencia anaeróbica como la aeróbica y de la fuerza.
El fartlek lo hizo popular el gran Emile Zatopek y ha sido la escuela sueca de entrenamiento la que lo revalorizó y puso al día en su momento. La base del fartlek es la alternancia en una misma sesión de entrenamiento de trabajos intenso y de descanso, preferentemente realizados en un medio natural y donde la alternancia de los ritmos puede irse improvisando a lo largo del entrenamiento. Zatopek decía que en la sesión de fartlek mandan los sentimientos y no la razón y donde la fantasía debe imperar. Aunque esto no tiene porqué estar reñido con la sistematización ni con la tecnología. Si conoces tus distintos umbrales de trabajo aeróbico y anaeróbico y usas pulsómetro como herramienta de entrenamiento, puedes utilizarlos para definir los dos o tres ritmos de entrenamiento que vas a utilizar, además de utilizar el propio trazado del terreno para subir o bajar las pulsaciones.
Pongamos que tu umbral anaeróbico está en 165 pulsaciones y tu ritmo de trabajo aeróbico extensivo (el que eres capaz de llevar durante mucho tiempo) varía entre 140 y 150 pulsaciones. De esta manera, puedes definir tres ritmos de trabajo: Uno de carrera lenta o jogging a 120 pulsaciones o menos. Otro de marcha o cadencia rápida que estará entre las 140 y 150 y otro de sprint que siempre te llevará por encima de esas 165 pulsaciones. Con estos tres ritmos en mente, comienza con un calentamiento de un par de kilómetros hasta que alcances tu ritmo aeróbico extensivo y, a partir de ahí, ve alternando las subidas de pulsaciones por encima de tu umbral con intervalos de jogging muy suave, asegurándote que las pulsaciones bajan lo suficiente antes de comenzar otro “paquete” de cambios. Este es el fundamento del fartlek: el cambio de ritmos que llevan al corazón desde fases de descanso hasta ritmos elevados de trabajo.
Una buena sesión de fartlek puede durar más de una hora. Aunque con una que dure entre 45 y 60 minutos ya habrás realizado un magnífico entrenamiento. La imagen que acompaña al post es del libro Maratón para todos de Pierrre Anctil, Daniel Bégin y Patrick Montuoro. Está publicado por la editorial Hispano Europea y la edición que yo tengo es de 1989. No es, desde luego, el mejor libro de entrenamiento que puedas comprar, pero fue el primero que yo leí y aún lo uso a veces. Suerte y ánimo.